Bibliografía:
Arias Díaz J. Pancreatitis aguda y crónica. Tumores
endocrinos y exocrinos del páncreas. Trasplante de páncreas e islotes
pancreáticos. En: Arias J, Aller M, Aldamendi I. Enfermería Médico-Quirúrgica. Vol II. 1ªed. Madrid: Tébar; 2002. p. 169-77.
Resumen:
Pancreatitis aguda:
Es una necrosis-inflamación de la glándula de los tejidos
peripancreáticos por autodigestión al ser liberadas in situ las enzimas
pancreáticas en su forma activa.
La mayoría de los casos de pancreatitis son secundarios a
colelitiasis o a alcoholismo. La hiperlipemia, la hipercalcemia y los
traumatismos son también causas, aunque raras, de pancreatitis agudas.
El dolor es el síntoma más destacado de la pancreatitis. Se
localiza en el epigastrio y se irradia típicamente más hacia la izquierda que
hacia la derecha. Se acompaña de náuseas y vómitos. Dependiendo de la gravedad,
pueden aparecer signos de deshidratación, taquicardia, hipotensión postural e
incluso shock. En ocasiones puede haber ictericia discreta y otras
manifestaciones de colestasis debido a la compresión de la región terminal del
colédoco por el edema inflamatorio de la cabeza del páncreas.
Lo más característico es un aumento de la concentración de
amilasa en sangre y/o en orina, de la concentración plasmática de lipasa e
hipocalcemia en los casos graves.
Los principales objetivos del tratamiento médico son la
reducción de los estímulos secretores pancreáticos y la corrección de los
trastornos hidroeléctricos. Por lo tanto, se debe dejar al paciente en dieta
absoluta, colocar una sonda nasogástrica, y obtener buenas vías endovenosas
para la fluidoterapia. En casos graves se ha empleado lavado peritoneal para
extraer las toxinas.
Pancreatitis crónica:
Se caracteriza por dolor abdominal persistente acompañado
con frecuencia de calcificaciones pancreáticas e insuficiencia pancreática, con
malabsorción y diabetes mellitus.
Casi siempre es debida al alcoholismo, aunque en algunos
casos es secundaria a episodios repetidos de pancreatitis aguda de otro origen.
Otra causa poco frecuente son los traumatismos abdominales.
Aunque puede cursar de modo asintomático, lo habitual es que
se manifieste por dolor abdominal, malabsorción y/o diabetes. El dolor
típicamente se localiza profundamente en el hemiabdomen superior, irradiándose
a la espalda.
Los daros de laboratorio pueden reflejar inflamación
pancreática, insuficiencia del páncreas exocrino, diabetes mellitus u
obstrucción biliar. Las complicaciones más frecuentes son pseudoquiste
pancreático, malnutrición, estenosis duodenal e ictericia obstructuva.
El tratamiento consiste sobre todo en suprimir por completo
el alcohol para mejorar el dolor, para lo cual es útil es el apoyo
psiquiátrico. La malabsorción y la esteatorrea requieren tratamiento
específico, así como la diabetes mellitus. El tratamiento quirúrgico se reserva
para aquellos casos de dolor intratable a pesar de haber abandonado el alcohol;
los procedimientos consisten en facilitar el drenaje del conducto pancreático o
en resecar el páncreas enfermo.
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