PRÁCTICA 3. SONDAJE NASOGÁSTRICO.
El sondaje nasogástrico consiste en la introducción de un tubo
flexible a través de las fosas nasales con el objetivo de alimentar al
paciente, administrar medicación, realizar lavados gástricos o aspirar el
contenido del estómago.
Esta práctica no ser posible realizarla en personas que tengan
fracturas en el cráneo, en los huesos de la cara, tiene el tabique desviado…
utilizando entonces la vía orogástrica.
Para la realización de esta práctica, debemos de considerar el
estado de salud del paciente, su nivel de conciencia, la prescripción médica,
la existencia de alergias, distensión abdominal…
Antes de empezar, deberemos de lavarnos las manos y disponernos a
preparar el material. Necesitaremos:
-
Sonda nasogástrica.
-
Guantes no estériles.
-
Lubricante hidrosoluble.
-
Gasas.
-
Linterna y depresor lingual.
-
Jeringa de 50 ml.
-
Esparadrapo.
-
Bolsa de drenaje.
-
Fonendoscopio.
-
Toalla o empapador
desechable.
Algunos manuales también incluyen un vaso con agua y pajita, pero
no es necesario.
También deberemos de informar al paciente sobre la técnica que vamos
a realizar y cómo puede ayudar a que el procedimiento resulte más fácil. El
paciente para la realización del procedimiento tendrá que estar colocado en
posición de semi-fowler y si está inconsciente nos conformaremos con la
posición de decúbito lateral izquierdo.
Es esencial guardar la intimidad del paciente.
Tras haber preparado el material, haber elegido la sonda
nasogástrica con el calibre adecuado, nos colocaremos en el lado derecho del
paciente si somos diestros y si somos zurdos en el izquierdo, le explicaremos
la técnica que vamos a desarrollar y qué puede hacer para facilitarla. Tras
ello:
-
Colocaremos al paciente en
posición de semi-fowler o en decúbito lateral izquierdo (como he dicho
anteriormente).
-
Cubriremos el pecho con una toalla.
-
Nos lavaremos las manos y nos
pondremos unos guantes no estériles.
-
Retiraremos prótesis
dentales, piercings… y pediremos al paciente que se suene y respire.
- En caso de que exista,
escogeremos el orificio por el que peor respire para no dificultar más la
respiración.
- Determinaremos la longitud de
la sonda que vamos a introducir. Para ello mediremos la distancia desde la
punta de la narz hasta el lóbulo de la oreja de desde ahí a la apófisis
xifoides y marcaremos la longitud.
- A continuación conectaremos
la sonda a la bolsa de drenaje y lubricaremos el extremo que vamos a
introducir.
-
Introduciremos la sonda de
forma lenta y suave hacia la oreja y abajo, pidiendo al paciente que ponga la
cabeza ligeramente hacia atrás.
- Cuando lleguemos a la marca
que hemos tomado sabremos que estamos en la orofaringe. En este momento el
paciente sentirá la sensación de malestar incrementada por lo que le pediremos
que se relaje, que ponga la cabeza hacia delante y que trague.
- Aprovecharemos el movimiento
deglutorio para introducir la sonda. En caso de llenarse la bolsa de aire
estaremos en las vías respiratorias y tendremos que sacar la sonda y volver a
empezar.
- Si se ha introducido bien,
aspiraremos contenido gástrico con una jeringa, insuflaremos aire y con el
fonendoscopio intentaremos escuchar en el epigastrio un sonido gorgoteante,
comprobaremos con radiografía si está bien puesta y pediremos al paciente que
hable para comprobar que no hemos introducido la sonda entre las cuerdas
vocales. Si confirmamos que está bien puesta retiraremos el fiador en caso de
que la sonda lo presente.
- Tras esto fijaremos la sonda
con esparadrapo la nariz. El esparadrapo debe cortarse en dos hasta la mitad de
su longitud, pegando el lado no dividido en la nariz y los dos extremos
rodeando la sonda. Tiraremos suavemente para comprobar que esta bien puesta y
la fijaremos a la oreja, frente… o donde resulte más cómodo al paciente.
- Por último deberemos
registrar la colocación de la misma, el tipo de sonda que se ha colocado, la
ingesta de líquidos o las características del drenaje de la bolsa.
El mantenimiento
de la sonda se realizaría:
· Limpiando los orificios y
cambiando el lugar de fijación de la sonda para evitar úlceras por presión.
·
Movilizando la sonda.
·
Manteniendo una buena higiene
bucal e hidratación de los labios.
· Manteniendo la sonda
permeable, comprobándolo al menos una vez al día irrigando agua.
Cuando haya que quitar
la sonda deberemos lavarnos las manos y ponernos guantes, poner al paciente en
semi-fowler, quitar el esparadrapo de fijación y pinzar la sonda. Aprovechando
la espiración lenta del paciente, deberemos sacar la sonda de forma suave y
rápida. Una vez extraída limpiaremos las fosas nasales y la boca y
registraremos la actividad realizada.
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