BIBLIOGRAFIA 1
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA
Rayón E. La enfermería médico-quirúrgica. En: Rayón. E, Del puerto. I, Narvaiza. M.J. Manual de enfermería médico quirúrgica. 1ª Ed. Madrid: Síntesis; 2001. p. 35-46.
La elección del libro se debe a las reflexiones que debemos tener como profesionales, y darnos cuenta que estamos trabajando con personas. Y si lo hacemos mal podemos encontrarnos situaciones donde el paciente no se encuentra cómodo con nosotros y no nos va a facilitar nuestra finalidad. Es un papel fundamental en nuestro trabajo tenerlo en cuenta, pues como sabemos el primer paso para un proceso de enfermería adecuado es la valoración, la cual nos lleva a una relación paciente-enfermero que debemos cuidar al máximo si queremos estar comprometidos en nuestro trabajo.
Aunque desde hace décadas se
señalan como funciones de enfermería la asistencial, la administrativa, la
docente y la investigadora, no cabe duda de que la asistencial es la principal
base. Es el contenido fundamental de la labor asistencial sobre aspectos médico-quirúrgicos.
Los profesionales de enfermería
han de usar un método lógico y científico en su trabajo y un modo ordenado de
proceder que haga eficaz y competente su quehacer diario. Este método recibe el
nombre de “Proceso de Atención de enfermería” y abarca las fases tradicionales
del método científico:
- Valoración → Recogida de dato y análisis de los mismo.
- Diagnostico de enfermería → Juicio sobre los datos obtenidos
- Intervenciones de enfermería → Actuaciones correspondientes para resolver el problema encontrado
- Resultados → Evaluación de la eficacia de dichas acciones según lo esperado.
VALORACION
La valoración del paciente debe
realizarse siguiendo tres fases:
- Reunir la información básica inicial sobre la persona a partir de una entrevista y de la documentación o historia clínica.
- Determinar qué foco principal requiere la atención del profesional de enfermería para la recogida de datos y centrarse inicialmente en él.
- Completar la valoración con datos generales y con una mayor profundidad con el fin de contemplar de modo integral al paciente.
Es importante que el enfermero
conozca y aprenda a distinguir este tipo de influencias en sí mismo mediante el
autoconocimiento y también en los pacientes con el fin de evitar sesgos de interpretación
en la recogida de datos. El enfermero es el responsable inicial de crear las
condiciones para que pueda darse una buena comunicación a través de tres puntos
básicos: escucha atenta, intimidad y confidencialidad. Esta relación abarca
mensajes verbales como los no verbales y precisa el dominio de técnica.
Respecto a la exploración física
debe llevar un orden, de la cabeza a los pies, o los patrones funcionales de Gordon.
Para ello se utilizaran los órganos de los sentidos mediante los cuatros métodos
tradicionales: inspección, palpación, percusión y auscultación. Por lo que un
enfermero debe saber recoger los signos de la enfermedad y valorar al paciente
de modo completo y riguroso, necesariamente ha de saber auscultar, palpar o
percutir.
Una vez finalizada la recogida de
datos, pueden señalarse los patrones funcionales alterados como conclusión de
la valoración.
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